¿Por qué los respaldos tienen un efecto directo en la sedestación? – Parte 2
Artículo: Spex Seating.
Traducción: Marta González, Asesora Clínica de Rehagirona.
Bienvenidos a la segunda parte, donde veremos los efectos de los respaldos en la sedestación. Antes que nada, si lo deseas puedes leer la primera parte.
La selección de la altura y el ancho del respaldo depende de una serie de factores. La altura generalmente se mide desde las espinas iliacas posterosuperiores hasta la altura de la espalda necesaria para la estabilidad y libertad de movimiento requerida en los hombros (ejemplo, si el usuario se autopropulsa en silla de ruedas).
El cojín y el respaldo están directamente involucrados y tienen un efecto directo en la sedestación. A continuación, contestaremos a esta pregunta:
¿Cómo el respaldo ofrece soporte postural en presencia de una inclinación pélvica (retroversión y anteversión)?
Cuando la pelvis está en una posición neutra se mantienen las curvas naturales de la columna vertebral en las regiones lumbar, torácica y cervical. Las espinas iliacas antero superiores y postero superiores están niveladas, lo que permite una posición pélvica eficiente. Tendemos a movernos hacia una inclinación pélvica posterior al sentarnos y esto puede cambiar la alineación de las curvaturas de la columna.
Un respaldo plano ofrecerá apoyo, pero es poco probable que se adapte a la forma del cuerpo de la persona; si la superficie de apoyo con el respaldo es limitada aumentará la presión en algunas áreas y no tendrán ningún apoyo en otras. Si es soporte de la espalda es maleable permitirá cierta inmersión y envolvimiento para lograr una mayor estabilidad. Cuando hay asimetría pélvica, las curvaturas de la columna pueden disminuir o aumentar y un respaldo plano no puede soportar, estabilizar y distribuir de manera optima la presión que ejerce en la espalda del usuario, a menos que el contorno del respaldo se pueda adaptar para cumplir con la forma única del cuerpo.
Figura 1: Ilustración de pélvica en neutro y con asimetría (http://blog.naver.com/naturalmove/220534758029)
Cuando la pelvis se encuentra basculada hacia delante (inclinación anterior), las espinas iliacas antero superiores (ASIS) están más bajas que las espinas iliacas postero superiores (PSIS). Esto reduce el ángulo existente entre el tronco y el muslo. La curva lumbar se pronuncia más y es probable que se separe del respaldo. El pecho puede moverse hacia delante y la columna torácica y cervical pueden generar una mayor extensión para sostener el cuerpo en contra de la gravedad. La línea de gravedad se mueve hacia delante, lo que hace que se requiera mayor esfuerzo para sostener la cabeza mirando hacia delante. Esto significa que la persona tiene que esforzarse más en mantener una posición erguida, por lo que es probable que experimente dolor y fatiga y que utilice sus manos para estabilizarse mientras se encuentra sentado.
Figura 2: análisis del plano sagital con una mala postura. Imagen de autor desconocido, con licencia CC BY.
Cuando la pelvis está basculada hacia atrás (inclinación posterior) los PPSIS están más bajos que los ASIS y la pelvis rueda hacia atrás. La curvatura lumbar se aplana y se pronuncia una cifosis. Para permitir que la cabeza esté en una posición más funcional, la pelvis puede moverse hacia delante en el cojín para crear una posición redondeada de la columna contra un respaldo plano. El área principal de contacto con el respaldo será sobre la columna redondeada, lo que provocará molestias y dolor, ya que esta área tendrá mayor presión contra el respaldo. El usuario podrá girar hacia ambos lados para descargar presión y aumentar su comodidad, pero esto irá creando una asimetría mayor en la columna. Es probable que la línea de gravedad esté por detrás de la pelvis, lo que hará que aumente el esfuerzo y capacidad de mover los brazos, la cabeza y el cuello. Esta posición también puede conducir a un mayor riesgo de lesiones por presión en la piel en la parte inferior de los muslos, debido a los cambios del ángulo pélvico, a las fuerzas de cizalla y a mayor presión sobre el cóccix.
El grado de inclinación puede ser no reducible, lo que significa que no podemos cambiar la alineación de la pelvis en relación al tronco y las piernas, o reducible, que significa que podremos corregir esta inclinación hacia una más neutral. Valorar esta inclinación pélvica en tumbado nos permite ver si es reducible o no lo es.
De manera ideal queremos una alineación neutral en la pelvis para una mayor estabilidad y función óptima del tronco: esto hace que la línea de gravedad caiga en el centro de la pelvis, lo que reduce el esfuerzo para mantenerse sentado y permite una mayor libertad de movimiento a las extremidades superiores, a la cabeza y al cuello. La falta de soporte puede conducir a una asimetría y deformidades secundarias. Debemos de usar tanto el respaldo como el cojín para responder a estas inclinaciones de la pelvis.
El respaldo lo podemos ajustar para adaptarnos al cuerpo del usuario en presencia de asimetrías, como rotaciones pélvicas o inclinaciones pélvicas, aumentando o disminuyendo el acolchado del mismo para proporcionar un contacto óptimo en la parte posterior de la pelvis, a nivel de PSIS y a lo largo de la columna vertebral.
¿Cómo podemos modificar y modular el respaldo para responder a estas inclinaciones pélvicas?
1. Inclinación pélvica anterior no reducible
Aquí la columna lumbar se desplaza hacia delante y se aleja de la superficie del respaldo, mientras que la gravedad sigue ejerciendo una fuerza hacia abajo sobre el tronco, aumentando más esta curvatura lordótica y causando dolor. Es importante optimizar la estabilidad y el contacto con el respaldo modular para adaptarnos a la forma del usuario, sin hacerlo excesivo (podría aumentarlo más).
Podemos reducir el número de espumas en la zona del tejido blando de la pelvis y aumentarlo en la curva lumbar para dar soporte al tronco. Esto proporcionará soporte y ayudará a soportar el peso de la parte superior del cuerpo a medida que la gravedad presiona hacia abajo, lo que minimizará la compresión lumbar y el aumento de la lordosis. El contorno lateral alrededor del tronco puede ser útil para mantener la estabilidad del tronco.
El cojín de la silla también se puede ajustar para nivelar las rodillas a la misma altura o ligeramente más altas que las caderas para reducir la inclinación pélvica anterior y ajustar el ángulo del respaldo para una mayor comodidad y apoyo, siempre teniendo en cuenta los hallazgos encontrados en la valoración clínica. De esta manera, se puede utilizar la gravedad para ayudar a que la parte superior del cuerpo esté en contacto con el respaldo para una mayor estabilidad.
Figura 3: ejemplo del contorno para una asimetría compleja de tronco y una inclinación pélvica.
2. Inclinación pélvica anterior reducible
Al proporcionar un bloqueo anterior a nivel de ASIS con un cinturón pélvico, se puede llevar la pelvis hacia una posición más neutral. El contorno del respaldo se puede modificar reduciendo el acolchado en el área lumbar y contornear alrededor de la pelvis para ofrecer mayor comodidad, sin llegar a empujar hacia delante a nivel de PSIS y también alrededor del tronco para mayor estabilidad.
3. Inclinación pélvica posterior no reducible
Es probable que la curva de la columna torácica sea el área de carga de la espalda. Para optimizar la comodidad y reducir las lesiones por presión, podemos moldear el respaldo para adaptarnos a la forma del usuario. Podremos:
- Reducir el acolchado detrás de la columna cifótica y aumentarlo por encima y por debajo de esta área, para permitir la inmersión en la espuma del respaldo.
- Agregar espumas en los lados del respaldo para permitir una mayor distribución de la presión sobre una mayor área de contacto.
- Contornearlo para sostener la pelvis sin llegar a empujarla hacia delante.
Figura 4: ejemplo de contorneado para brindar un mayor soporte a esa inclinación pélvica posterior y cifosis a nivel torácico. A la derecha, ejemplo de menos contorneado en el que se utiliza un cojín para abordar las posibles causas de la inclinación posterior y oblicuidad de la pelvis.
4. Inclinación pélvica posterior reducible.
Se puede agregar mayor cantidad de espumas a nivel de PSIS y el área lumbar para adelantar la pelvis y ayudarla a rodar hacia delante a una posición más neutral. La alineación pélvica afectará a las curvaturas de la columna vertebral y, por tanto, con una alineación mejor, por lo que será necesario eliminar menos acolchado en la zona de la columna torácica.
Conclusiones:
Una pelvis nivelada desde el ASIS hasta el PSIS ayuda a mantener las curvaturas naturales de la columna vertebral. Cuando nos sentamos, tendemos a movernos hacia una ligera inclinación pélvica posterior. Por esta razón, tendemos a encontrar que nuestros sistemas de asiento habituales ofrecen un apoyo lumbar opcional para mantener una inclinación pélvica neutra y una óptima alineación en sedestación. Primero debemos considerar el cojín y luego el respaldo, para optimizar nuestra posición en sedestación.
El ángulo del respaldo se puede reclinar ligeramente para coincidir con la alineación pélvica y ayudar a que el tronco descanse contra el respaldo; esta posición puede soportar una inclinación pélvica relativamente neutral, pero es probable que requiera un contorno en la zona lumbar.
Todos adoptamos diferentes posturas al sentarnos en función de la superficie de contacto con el respaldo y debido a que las formas de nuestro cuerpo son únicas y la comodidad puede variar. Debemos considerar una combinación de ajuste entre cojín y respaldo, ya que no a todos les resultará cómoda la misma silla.
Los respaldos deben de optimizar la distribución de la presión y la estabilidad en la pelvis y el tronco. El soporte para la espalda puede tener un efecto directo en la postura y nuestro objetivo sería optimizar el contorno para influir positivamente en la postura, para reducir el dolor durante los periodos largos de tiempo y fomentar una alineación óptima para mejorar la calidad de vida.
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